Eladio Baldovin Ruiz, Coronel de Caballería/DEM, r, ganador del Premio AEME2022, al mejor libro presentado al concurso del año 2022, ha visto su libro publicado por ELC – EDICIONES LA CRITICA. El libro de 599 páginas, está muy bien presentado, con un índice cuyos capitulos se corresponden con las etapas de gobierno de los Ministros de la Guerra, con el cuidado que siempre el editor Juan Manuel Martínez Valdueza pone en los trabajos que se le encomiendan
Esta prologado por Justo Albert Huerta Barajas, teniente coronel del Cuerpo de Intervención, profesor de la UNED numerario cofundador de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares y correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, asociado de AEME.
En el Prólogo, entre otras cosas, se dice:
Muchas han sido las obras de diversos autores que han tratado de explicar y profundizar en una época tan convulsa y compleja para el Ejército español como fue la que surgió del “14 de abril de 1931” y “concluyó el 18 de julio de 1936”, no siempre con éxito. Sin embargo, me cabe el honor de presentar un trabajo sencillo y recopilatorio que hará descubrir al lector las claves más complejas para permitir su comprensión de forma desapasionada y sin complejos.
Es esta obra, ante todo un profundo estudio, pero no sólo para eruditos y expertos, sino asequible para todos aquellos lectores que quieran conocer la realidad de nuestra sociedad actual, circunstancia que se acredita por un hecho singular, la facilidad para su lectura y compresión para todo tipo de personas interesadas, razón que hará de esta obra un elemento básico e imprescindible para aquellos que se acerquen a conocer este convulso episodio de nuestra Historia militar. Por ello la obra que presentamos “LA SEGUNDA REPÚBLICA Y EL EJÉRCITO”, de Eladio Baldovín Ruiz, coronel de Caballería/DEM (R), es un elemento que precisaba la historiografía militar de la época por su carácter básico y divulgativo, ya que permitirá al lector acercarse a obras más complejas y pormenorizadas en sus contenidos evitando confusiones y malas interpretaciones.
Por otra parte, una nota también a destacar es la personalidad de su autor, ya que esta influirá de forma decisiva en la obra, y que hace que el lector tenga una mejor comprensión de sus complejos contenidos, y que no es otra circunstancia, que la de compaginar con su condición de historiador la de militar profesional con una acreditada carrera. Hecho muy importante, en tanto que, con esta nueva obra y su enorme esfuerzo intelectual, va a permitir aportar una nueva visión al ya existente del pequeño grupo de autores militares que han analizado el drama de nuestro Ejército en la II República. De esta manera, se aporta no sólo el conocimiento de la Historia, sino que se contribuye con el prisma de la ciencia militar, cubriendo un vacío que va a permitir entender de forma más precisa y sin apasionamiento, aquellos hechos que se desarrollaron en un periodo muy breve de nuestra Historia, y que dio lugar a un enfrentamiento que marcaría el devenir de los acontecimientos de dos terceras partes del siglo XX, llegando sus efectos indirectos por los intereses ideológicos de ciertas corrientes políticas hasta nuestra actualidad.
A lo largo de once capítulos y un epílogo, Eladio Baldovín Ruiz, analiza de forma certera y documentada, los cambios que el nuevo régimen político de la II República trajo a España en una institución tan sensible y necesaria, y más en un período convulso de entreguerras en Europa, que ponía en valor y referencia al Ejército español de la época en el marco estratégico internacional por su posición en Europa y África. Su necesidad e influencia era evidente, ya que se atisbaba una crisis mundial, que tuvo su reflejo por un lado en el Mediterráneo con el conflicto de Abisinia en África, y por otro, al norte de nuestras fronteras en Europa con las emergentes dictaduras italiana y alemana. Sin embargo, los líderes políticos de la época no fueron capaces de analizar el entorno donde se encontraba la geopolítica de nuestra Patria, sino que, además, su torpeza debilitó la identidad del brazo armado de la nación que era el Ejército de la II República. Fueron ellos los que no fueron capaces de superar el esfuerzo que suponía transformar el ideario de pasar de ser el “Ejército del Rey” –los avatares del siglo XIX así lo demostraron– a ser el “Ejército de la Nación” como habían pretendido las Cortes de Cádiz y los gobiernos liberales de turno. Este fue un factor detonante y latente de conflicto que podía haberse superado con la ausencia de egoísmos partidistas de los líderes republicanos.
Sociológicamente el cambio de Monarquía por República en su inicio no fue dramático. El Ejército, la Marina y las fuerzas de orden público, Guardia Civil, Carabineros, se sumaron con absoluta indiferencia, dispuestos a cumplir con su papel constitucional. Sin embargo, los acontecimientos políticos y sobre todo el carácter revolucionario que se impuso por la clase política republicana, en particular la extrema izquierda, fueron los motores que motivaron su despertar y cambio de actitud para salir de sus cuarteles.
En un primer momento el Ejército sentía la necesidad de reformas, razón por las que disciplinadamente aceptó las medidas de Azaña contenidas en treinta y cinco disposiciones, sin embargo, fueron los acontecimientos revolucionarios del año 1934 los que obligaron a un cambio radical de sus estructuras, y al que se tuvo que enfrentar el ministro de la Guerra de turno, José Mª Gil Robles para poner en valor con nuevos criterios y hacer frente a los nuevos retos y desafíos con nuevas estructuras y un nuevo Ejército, diseñado por el Jefe del Estado Mayor, general Francisco Franco. Todos estos acontecimientos son magníficamente descritos en la obra que van a iniciar su relato por nuestro autor y ayudarán a entender el nuevo papel que desempeñó el Ejército en la época republicana.
Por último destacar, como muy bien describe Eladio Baldovín Ruiz, que el fracaso de la II República fue fruto del personalismo de sus fatuos dirigentes, que creyeron que con escasos medios podrían hacer frente a un nuevo 10 de agosto de 1932, mal planificado como si fuera una nueva “Sanjurjada”. Los acontecimientos del 18 de julio de 1936 eran muy distintos, muy bien organizados por el general Emilio Mola, y consecuencia lógica de un proceso contrarrevolucionario al que se había llegado al persistir la idea del aniquilamiento del adversario. En medio de este proceso el Ejército no tomó parte, sino que al igual que la sociedad de su tiempo, se dividió.
En consecuencia, el final de esta obra nos llevará a un período de la República en el que ya no nos encontramos con un Ejército republicano sucesor del Ejército de la monarquía, sino como señala Eladio Baldovín Ruiz, con varias estructuras militares diferentes en función de los gobiernos de la República y sus evoluciones organizativas muy bien descritas en la obra. Son estos relatos los que nos harán encarar los hechos finales del 18 de julio de 1936, e iniciadores de un periodo del Ejército de la II República muy diferente. Desde esta fecha se enfrentaron elementos de una misma estructura militar, ambos bandos con medios materiales y personales muy suficientes para imponerse al adversario si se manejaban con maestría, con una voluntad y moral de vencer intacta y justificada por ambas partes, pero con una sola diferencia, la capacidad de disciplina y organización sobre la que se ejerció la misma. La conclusión del relato ha quedado grabada en la Historia, pero sus claves están por descubrir y ya desde este momento animo al autor en la labor.
La Asociación Española de Militares Escritores, se honra con tener entre sus asociados a autores como, el Coronel Baldovin que hacen un aporte tan importante a la historiografía militar.
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