El coronel José Luis Calvo, director de la División de Coordinación y Estudios del Ministerio de Defensa, cree que el número de carros de combate Leopard que finalmente enviará España va a depender de los que se puedan reparar de los 50 que están almacenados en Zaragoza, algunos de los cuales va a ser imposible restaurar.
Calvo ha hecho balance de la guerra de Ucrania, un año después, en un acto organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe), en el que ha recordado que la ministra de Defensa, Margarita Robles, habló de enviar 6 unidades y, posteriormente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de diez.
En cualquier caso, ha afirmado que no supondrá «una merma» para la defensa nacional puesto que se trata de carros que no estaban operativos sino en desuso y almacenados en unas instalaciones del Ejército de Tierra en Casetas (Zaragoza).
En cuanto a si España podría enviar aviones de combate, como está demandando el presidente Zelenski, el coronel ha respondido que es una decisión política, pero ha precisado que al igual que tenemos carros de combate almacenados «no tenemos F-18 en un depósito que se puedan arreglar».
«El criterio siempre es dar lo que en cada momento se necesite, pero tratando de afectar lo mínimo posible a la defensa nacional y esto se aplicaría también a los aviones», ha subrayado.
No obstante, ha considerado que aunque Estados Unidos decidiera donar «cazas» a Ucrania no sería decisivo este año sino más bien «es una apuesta de futuro» de cara al año que viene.
«Hasta que esos F-16 estuviesen operativos pasarían meses y, probablemente, más de un año para que hubiese pilotos, mecánicos, un sistema de mantenimiento que sea capaz de operar esos aviones. Pasaría bastante tiempo», ha indicado.
Pos otro lado, el coronel Calvo ve «difícil» que el arma nuclear se pueda utilizar en países extranjeros: «Utilizarlas en Ucrania supondría romper toda la doctrina nuclear que hay en el mundo».
Sería posible si Rusia viera invadida su integridad territorial, pero tampoco lo ve probable, ha dicho.
El coronel ha advertido de que el conflicto armado en Ucrania tiene «mucho riesgo» de extenderse y de que acabe convirtiéndose en una guerra regional que afecte a otros países como Moldavia o Bielorrusia o los bálticos.
«Es un conflicto de grandes proporciones y con mucho riesgo de extenderse, se ha mantenido focalizado en Ucrania pero se empieza a hablar de Moldavia, Bielorrusia, los bálticos… hay un riesgo ahí que de momento no es que sea exorbitante, pero existe ese riesgo de que el conflicto se extienda y se convierta en una guerra regional», ha señalado.
A su juicio, en estos momentos no se vislumbra un final porque los dos bandos intentan tener beneficios en el campo de batalla, si bien en verano podría «abrirse una ventana de oportunidad para iniciar unas negociaciones», que va a depender de cómo quede el frente después de la ofensiva de invierno de los rusos y el posible contraataque de los ucranianos en primavera o en verano.
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