EN RELACIÓN CON GIBRALTAR: Gibraltar, casus belli (II)

El Capitán de Navío, r, Aurelio Fernandez Diz, miembro de la Junta Directiva de AEME, socio de AME y Correspondiente de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, nos recuerda, publicando la segunda parte de su articulo  sobre  el siempre pendiente, olvidado, tema de la usurpación por el Reino Unido de una parte del territorio español: GIBRALTAR. La primera parte puede leerse en:  https://militaresescritores.es/noticias/gibraltar-casus-belli-i/

 

Gibraltar, casus belli (II)

 

Con los arreglos obligados por el Brexit nuestra diplomacia está adoptando un comportamiento que demuestra confundir la realidad con la ficción. Puedo apoyar esta afirmación en las declaraciones de los últimos ministros de Asuntos Exteriores cuando afirman que continuarán defendiendo el Gibraltar español, pero después se afanan en apoyar las tesis de los colonizadores algo que resulta imposible de comprender salvo que integremos en nuestro pensamiento el grave problema del colaboracionismo.

(Continuación de Primera parte)

  • -Con los arreglos obligados por el Brexit nuestra diplomacia está adoptando un comportamiento que demuestra confundir la realidad con la ficción. Puedo apoyar esta afirmación en las declaraciones de los últimos ministros de Asuntos Exteriores cuando afirman que continuarán defendiendo el Gibraltar español, pero después se afanan en apoyar las tesis de los colonizadores algo que resulta imposible de comprender salvo que integremos en nuestro pensamiento el grave problema del colaboracionismo. Esta incongruencia intelectual, hacer lo contrario de lo que se piensa que se debe hacer, debe de tener alguna definición en el mundo de la psiquiatría que será mejor no averiguar.
  • -Una de las consecuencias más perjudiciales para la seguridad y la economía de España es el problema de la Verja que nuestros dos últimos ministros de Exteriores se afanan, de un modo tan activo como irracional, en que desaparezca. Con la renuncia a la baza más importante que tenemos para obligar a los ingleses a que se sienten a la mesa de una verdadera negociación, la efectiva conducta de nuestra diplomacia pone en bandeja el logro fácil de sus perversos objetivos. Los gibraltareños son los más interesados en derribar la Verja cuanto antes, pero parece que los ingleses no lo tienen tan claro, aunque se mantienen tranquilos y confiados porque saben que, al final, se hará lo que a ellos más convenga.
  • -Llama mucho la atención que tanto ingleses como norteamericanos, probablemente manejados por los primeros, mantengan relaciones, que cada vez parecen más privilegiadas, con Marruecos. Esta situación puede llevarnos a graves problemas si nos vemos obligados a usar la fuerza. Dejando aparte estos problemas que están en la mente de cualquier interesado en relaciones internacionales hay uno al que no se le está dando la importancia que a mi juicio se merece: el proyecto de construcción por parte inglesa de un túnel en el Estrecho de Gibraltar que uniría el Peñón con Marruecos sin contar para nada con la UE y menos aún con el Gobierno español. Son tales las implicaciones que ello tendría que para poder referirnos a ellas será mejor esperar a comprobar cómo puede evolucionar esta decisión que el embajador inglés en Rabat ve como muy provechosa para ambas partes. Y el verdadero problema es que en el ambiente de cooperación que nuestra diplomacia parece que ha decidido para la zona y con la garantizada colaboración del alcalde de La Línea y sus residentes, la entrada de ese túnel podría caer en territorio español mientras que los beneficios seguramente caerían prácticamente íntegros en territorio colonial inglés.

Casus belli, por parte inglesa

En el documento publicado en marzo de este año “Global Britain in a Competitive Age”, que es una revisión integrada de seguridad, defensa, desarrollo y política exterior del Reino Unido (RU), se describe la visión del gobierno inglés sobre el papel del RU en el mundo durante la próxima década y las medidas que este gobierno adoptará hasta 2025. En este documento dese puede leer:

The armed forces will continue to deter and challenge incursions in British Gibraltar Territorial Waters. Significant investment in the Sovereign Base Areas in Cyprus will assure our ability to contribute to security, with allies, in the Eastern Mediterranean. The armed forces will also maintain a permanent presence in the Falkland Islands, Ascension Island and the British Indian Ocean Territory… We will promote the right of self-determination for the peoples of the OTs and continue to defend and represent internationally the three Crown Dependencies. We will uphold the UK’s Antarctic Treaty obligations, including around the British Antarctic Territory.[1](Destacar aquí que el “British Antartic Territory” incluye prácticamente las zonas que reclaman para sí Chile y Argentina, lo que demuestra que la voracidad inglesa alcanza cualquier parte del mundo, aunque esté cubierta de hielo. En el Ártico nuestros aliados son mucho más comedidos. Y podemos suponer por qué)

Es decir, según este documento, el RU está dispuesto mediante el empleo de sus fuerzas armadas a defender, sin derecho, el mar territorial británico en Gibraltar, algo que nunca tuvo concedido, a costa de amputar, con la amenaza de la fuerza, el mar territorial español que ahora mismo solo es defendido por fuerzas policiales, por simple voluntad política se supone para no escalar el empleo de la fuerza para defender algo que parece dar por perdido. Como también puede leerse en el documento, se promueve la falsa e interesada independencia de la población de Gibraltar, y otros territorios de la Corona, algo que España no puede aceptar, salvo que sigamos cayendo por el barranco de la sinrazón y el abandono.

O sea, se da la curiosa circunstancia de que el ofensor está dispuesto a ir a la guerra en defensa de su depredadora política y el ofendido, cual perrito maltratado por su dueño, se apresta a colaborar con él sin acertar siquiera a intentar defender lo que es suyo. Y todo ello, promovido por el gobierno de la Nación y las autoridades locales en la ficción de mejorar la economía de la zona algo que no lograrán salvo que esos españoles se incluyan, por una falsa expectativa económica, en ciudadanos de segunda con sombrero gibraltareño, detrás de una nueva verja que supongo terminará pintada en el suelo como un triste recuerdo del pasado. Triste situación de la que estamos siendo testigos, amargamente impotentes, y que desnaturaliza, en mi humilde opinión, toda la política de la defensa y resta justificación a todos nuestros esfuerzos en el extranjero para promover la paz mundial cuando, al mismo tiempo, dejamos nuestra propia casa sin barrer, alimentando irracionalmente las condiciones de un grave y permanente conflicto.

Porque los españoles de a pie, y de bien, nunca podrán comprender a ningún gobierno que no defienda los sagrados intereses de los españoles al margen de cualquier deformada visión política. Como sucedió un 2 de mayo de 1808 cuando, hartos del afrancesamiento de sus gobernantes, se levantaron en armas para vencer con valentía al ejército invasor.

Una de las vías de alimentación de este conflicto en vía de enquistarse para siempre es el tratamiento que los sucesivos gobiernos de España de los últimos 40 años están dando al problema de la soberanía aun cuando la parte inglesa reconoce que el territorio de Gibraltar no es su propio territorio, sino que simplemente es una dependencia de la Corona. La soberanía de Gibraltar es española, aunque la hayamos abandonado con gran torpeza. Esta nuestra soberanía es la que justifica nuestra posición internacional cuando no reconocemos que ni Gibraltar, que no es soberano, ni el RU tienen títulos suficientes para reclamarla. Haber iniciado negociaciones para alcanzar algo parecido a una soberanía compartida fue iniciarlas sin juicio claro porque la parte española propugnaba llegar a un acuerdo sobre una soberanía que, de hecho, se reconocía como británica. Supino error de nuestra diplomacia que nos despierta la curiosidad sobre el alcance de lo que sobre Gibraltar se estudia en nuestra escuela diplomática. Porque ¿qué interés iban a tener los ingleses en compartir una soberanía que los propios españoles reconocían como inglesa? Cuando el daño estaba hecho, España se retiró de las negociaciones cuando alguien comprendió al parecer que la iniciativa se apoyaba en un argumento falso y contrario a nuestros intereses.

La diplomacia inglesa, que no da puntada sin hilo, comprendió enseguida que podía actuar, aunque fuese con la amenaza del uso de la fuerza, como si la soberanía de Gibraltar fuese suya y aumentó unilateralmente, sin negociación alguna, lo que ellos llaman las “British Gibraltar Territorial Waters” que por lo que hemos visto están dispuestos a defender a todo trance. Error mayúsculo del gobierno de Zapatero fue no denunciar ante la UE el documento por el que el RU determinó unilateralmente cuáles serían, de momento, las aguas españolas que por su propia y única voluntad pasaban a ser británicas.

Tomado de una red social del propio ministro José Manuel Albares: después de la foto de los simpáticos y sanos coditos, el ministro escribe:

-Con mi homologa británica dialogando sobre cómo reforzar la movilidad entre España y Reino Unido uno de los mayores retos de la relación post-Brexit. También hemos acordado seguir trabajando para alcanzar un acuerdo lo antes posible sobre Gibraltar.

-Las intensas relaciones entre España y el Reino Unido están marcadas por la confianza y por nuestra voluntad política inequívoca de ser un socio y aliado cada vez más estrecho del RU.

– Ese espíritu guía mi intervención en las Tertulias Hispano -británicas en Bilbao.

– En el contexto pos-Brexit la relación España reino Unido debe de tener cuatro objetivos:

* Facilitar la movilidad.

*Articular un marco normativo bilateral sobre asuntos muy prácticos.

*Mantener un dialogo abierto sobre la agenda global.

*Reforzar el dialogo cultural y científico.

A la vista de todo lo cual todo parece indicar que nuestro ministro Albares pudo haber sido devorado, sin siquiera él advertirlo, por su particular e implacable mantis.

O sea, el último que apague la luz… y, si puede, que cierre la puerta.

Aurelio Fernández Diz              Capitán de Navío (R)
Asociación Española de Militares Escritores (AEME)
Academia de las Ciencias y Artes Militares (ACAMI)

 

[1] JONHSON, Boris: “Global Britain in a competitive age. The Integrated Review of Security, Defence, Development and Foreign Policy” Presented to Parliament by the Prime Minister by Command of Her Majesty.March 2021.

 

Fuente:

https://lacritica.eu/noticia/2645/aurelio-fernandez-diz/gibraltar-casus-belli-ii.html

 

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