La revista de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, TIERRA, MAR Y AIRE, publica entre otros este interesante articulo sobre el nacimiento del Cuerpo de Ingenieros y sus vicisitudes hasta nuestros días, escrito por nuestro asociado y Vocal de la Junta Directiva D. José Ignacio Mexia Algar, que ademas pertenece a la Comisión Histórica y de Mantenimiento de las Tradiciones del Arma de Ingenieros.
LOS INGENIEROS MILITARES.
El Cuerpo de Ingenieros nace como “Cuerpo Facultativo”, con carácter eminentemente técnico. En el mismo Decreto de creación se le asignan como tareas principales la Fortificación y Arquitectura Militar, así como la dirección de los asedios a las plazas fortificadas. En 1756 los Ingenieros adquieren una categoría militar acorde a la de los otros Institutos Armados, además de la propia como personal facultativo. En las Ordenanzas de 1774 añaden a las misiones anteriormente citadas, las de Caminos, Puentes, Edificios de Arquitectura Civil y Canales de Riego y Navegación, pudiendo asumir competencias en obras civiles, cuando el Estado lo requiriera.
Según la Doctrina del Ejército, la forma de acción de los Ingenieros es el trabajo técnico y, por ello, todos los avances de la Ciencia y los grandes inventos de la Humanidad que hayan tenido aplicación militar han tenido su entrada por la “puerta” de Ingenieros. Ferrocarriles, Telegrafía y Radiotelegrafía, Alumbrado, Automovilismo, Aviación y Guerra Electrónica, son buen ejemplo de ello.
No hay que pensar que la figura del “Ingeniero Militar” nace en el siglo XVIII. Bien es cierto que la palabra “ingeniero” deriva de “ingenio” e ingenios eran las antiguas máquinas de guerra, catapultas, bastidas y fundíbalos, e ingenieros quienes las construían. Pero no es hasta llegada del Renacimiento y la aparición de la artillería en el siglo XV cuando su eficacia hace preciso cambiar las formas de la fortificación y las técnicas de ataque a las ciudades amuralladas. El Gran Capitán dispuso de Ingenieros en sus campañas de Italia y Pedro Navarro fue el primero de ellos que utilizó la pólvora para hacer volar las torres del Castel Nuovo y del Castell d´ell Ovo, en 1503. A España acuden, en el reinado de los Austrias, ingenieros italianos como Tiburcio Spanocchi, que llegó a ser Ingeniero Mayor de los Reinos de España o españoles como el capitán Cristóbal de Rojas. No obstante la necesidad de los ingenieros viene a sentirse durante la Guerra de Sucesión, con el advenimiento de los Borbones.
Jorge Próspero de Verboóm organizó un Cuerpo que a los pocos años de su existencia, en 1718, ya contaba con más de cien ingenieros en plantilla. Pero además no olvidó la formación militar y técnica de los futuros componentes, para lo que creó, en 1720, la Real Academia Militar de Matemáticas en Barcelona, cuyo tercer centenario se conmemora en este año 2020. Solo faltaba completar un cabo suelto. La mano de obra especializada para llevar a cabo las obras que se les tenían encomendadas, toda vez que la que se venía utilizando no era apropiada ni disciplinada.
Hubo que esperar a 1803. En este año se creaba el Regimiento Real de Zapadores-Minadores, la Academia de oficiales y se dictó una nueva Ordenanza que contenía todas las reglas y directrices para funcionamiento del Cuerpo. Desde este momento el Real Cuerpo de Ingenieros queda completamente organizado. Por una parte, la rama Facultativa, con la misión de Proyectar y dirigir las obras de Fortificación y Arquitectura Militar y por otra la rama Operativa, en lo que se refiere a una Unidad con dos misiones principales, organización del terreno y facilitar el movimiento de las tropas. Finalmente, en 1805, Godoy, a propuesta del Director-Subinspector, Antonio Samper Samper, señaló a San Fernando como Santo Patrono del R.R.Z.M y posteriormente del Cuerpo.
A partir de este año, el Cuerpo de Ingenieros comenzó a crecer a medida que nuevas misiones le eran encomendadas y nuevas especialidades se integraban en sus Unidades. Como Cuerpo facultativo su actividad se desarrolló no solamente en España sino de una manera muy importante en Ultramar. Su trabajo se realizaba en las Comandancias de Ingenieros, Laboratorios, Establecimientos Centrales, Industria Militar, Centros de Enseñanza y otros organismos de carácter ministerial y ha permanecido hasta nuestros días con pocas variaciones hasta que estas misiones fueron desarrolladas por el Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción (CIAC), hoy Cuerpo de Ingenieros Politécnico, creado en 1940, heredero o “hijo” del Cuerpo de Ingenieros, que, incluso mantiene como Santo Patrono a San Fernando, en su rama de Construcción.
Larga y prolija será la tarea de relatar la organización, hechos históricos y figuras relevantes que conforma la Historia de los Ingenieros Militares. Sin embargo, si conviene resaltar las Especialidades del Cuerpo, hoy Arma, que han ido creciendo y dando lugar, incluso, al Ejército de Aire. Y voy a hacerlo, siguiendo las estrofas de nuestro Himno.
Preparando el terreno, dando el paso y enlace… Las primeras especialidades que aparecen en el Regimiento Real, son la de ZAPADORES y la de MINADORES. La primera se encargará de las misiones anteriormente indicadas y la segunda vino a confirmar el uso del explosivo, pólvora entonces, para las minas y las zapas, que en aquellos años quería asumir la Artillería. Pronto, en 1815, surgen los PONTONEROS, que permitiría el paso de los ríos y cortaduras, confirmando aquella frase…MUCHOS SON LOS CAMINOS QUE CONDUCEN A LA VICTORIA, PERO TODOS LOS ABREN LOS INGENIEROS.
Respecto a facilitar el “enlace”, ahí podemos agrupar a las tropas de TRANSMISIONES, que comienzan su andadura en 1860, como especialidad y en 1884 como Batallón de Telégrafos. Su progreso lo vemos día a día, hasta llegar a la actual Brigada de Transmisiones y el Regimiento de Transmisiones nº 22, que cuentan con los medios más sofisticados y que permiten el éxito en las operaciones internacionales que estos últimos años se han mantenido y mantienen fuera de nuestras fronteras. En nuestros días, las Transmisiones, forman una ESPECIALIDAD independiente que agrupa, tanto las Telecomunicaciones como la Guerra Electrónica, sin duda especialidades con un gran futuro. De nuevo, de Ingenieros, ha surgido un nuevo Cuerpo o “Especialidad” independiente.
También en esa bella estrofa, podemos incluir a las Unidades de FERROCARRILES, que han permitido el desplazamiento rápido de nuestras tropas y han estado presentes en Cuba y Marruecos y a la BRIGADA TOPOGRÁFICA, creada por el gran Ingeniero General Antonio Remón Zarco del Valle, a quién Ingenieros debe, además, la creación de los ZAPADORES-BOMBEROS, sección que fue el precedente de tantos Cuerpos de Bomberos de España y el MEMORIAL DE INGENIEROS, revista técnica que hoy en día perdura.
Si seguimos el verso de nuestro himno,…o asaltando la brecha… confirmamos la especialidad de MINADORES y la antigua de las tropas de zapadores, cuando protegidos con cestones y fajinas, realizaban las “zapas” que permitían acercarse a las murallas, o a los actuales Zapadores de Asalto y Zapadores Anfibios.
Pero vayamos más lejos. La aparición de los automóviles pronto fue aplicada al Ejército. En 1904, se crea el Centro Electrotécnico y de Comunicaciones, centro eminentemente técnico que agrupaba a las Redes Generales de Telegrafía Eléctrica y al naciente Automovilismo, sin olvidar a su Sección de Ciclistas. El Centro llegó a diseñar y montar automóviles (CYCE) para el Ejército y los primeros vehículos blindados utilizados como medio de transporte de tropa en la campaña de Melilla de 1922 lucían e su carrocería el emblema de Ingenieros. Esta especialidad dio lugar a posteriormente al Servicio de Automovilismo como Unidad independiente.
Sin embargo, la especialidad que alcanzó “los más altos vuelos” fue, sin duda, la AEROSTACIÓN, ya que posibilitó el nacimiento de la Aviación Militar Española, origen del actual Ejército del Aire. Los dos artífices de este hecho fueron el coronel Pedro Vives Vich y el capitán Alfredo Kindelán Duany, ambos pertenecientes al Cuerpo de Ingenieros. Ya en el año 1909 ambos oficiales recorren los principales países europeos a fin de proponer la adquisición de un dirigible para el Servicio de Aerostación. En Francia, los hermanos Wright realizaban demostraciones con su aeroplano y Vives y Kindelán aprovecharon ese viaje para asistir a una de esas exhibiciones e intentar volar. Era su afán y estaban totalmente convencidos en que el futuro estaba en la naciente aviación, ya que los globos y dirigibles estaban muy limitados. La superioridad decide adquirir un dirigible para experimentar su aplicación militar, si bien el informe del coronel Vives, recomendaba que tanto los dirigibles como los aeroplanos debían ser responsabilidad del Servicio de Aerostación, y que era imprescindible la creación de un Laboratorio de Aerodinámica.
En 1910, S.M. el Rey Alfonso tuvo a bien disponer que por el Parque Aerostático se procediera al estudio de los aeroplanos que más convinieran al Ejército. A esta R.O. de 2 de abril puede atribuirse el inicio de la Aviación, ya que en la misma aparece este término junto a los de Aerostación y Aeronáutica, y de todos ellos se hace responsable, en esta Orden, al Cuerpo de Ingenieros. Por ello es justo reconocer que es este Cuerpo al que debe atribuirse la creación e impulsión de la Aviación Española y el que debe celebrar este primer centenario.
En febrero de 1911 llegan a Cuatro Vientos, en terrenos adquiridos por el General Jefe de la Sección de Ingenieros, Marvá y Mayer, dos aeroplanos Henry Farman y uno Mauricie Farman , así como dos cobertizos desmontables de lona Besoneaux para los citados aparatos, cuya adquisición había sido gestionada en Francia por capitán Kindelán. De forma inmediata comienza el entrenamiento de los futuros pilotos, los cuales debían de ser de Ingenieros y Aerosteros. La primera Promoción la compusieron los capitanes de Ingenieros Alfredo Kindelán Duany, Enrique Arrillaga López y Emilio Herrera Linares del Servicio de Aerostación y los Tenientes Eduardo Barrón y Ramos de Sotomayor y D. José Ortiz de Echagüe Puertas.
A partir de febrero de 1913 se crea el Servicio de Aeronáutica, con sus dos ramas de Aerostación y Aviación y esta rama comienza su andadura hacia su independencia. Sus pilotos ostentan un distintivo especial, al igual que los aerosteros, pero los mandos y tropa seguían siendo de Ingenieros. La Aviación dependía de la Sección de Estado Mayor y Campaña del Ministerio de la Guerra, ya que se la consideraba de un “Arma” más del Ejército de Tierra. En esta situación es cuando, junto con la Aerostación, acude la campaña de Melilla, al mando del capitán Kidelán. A partir de 1920 la Aviación alcanza su mayoría de edad y camina hacia su independencia total en 1926, cuando, incluso sus componentes lucen su primer uniforme de color verde botella. El Ejército del Aire se crearía en 1939.
En paz, guerra día o noche, trabajemos tenaces… Es la forma de actuar de los Ingenieros y así lo han hecho siempre, desde que algún zapador colocó la primera piedra en una fortaleza hasta el último mensaje transmitido por un operador de radio. No importa la situación, ya sea día o noche, verano o invierno. Y este espíritu se mantiene y los Ingenieros actuales, en todas sus especialidades, trabajan para dar apoyo a sus compañeros de otras Armas en las Misiones Internacionales en las han participado y participan, ofreciendo hasta su propia vida, al servicio de los demás.
Que la forma de acción sea su trabajo, no quiere decir que Ingenieros no sea un Arma combatiente. En nuestro himno se escucha…. y empuñando las armas superando al mejor… y prueba de ello han dado sus Unidades a lo largo de sus 300 años de vida. Recordemos su participación en Bailén y Ríoseco en la Guerra de la Independencia, la salida a tambor batiente y Bandera desplegada del Regimiento Real de Alcalá de Henares, fiel a España y en contra del invasor, sus trabajos de fortificación en las Guerras Carlistas, su participación en las campañas de Cuba y Marruecos, trabajando bajo el fuego enemigo en tierra y en el aire con sus aeroplanos, la gesta del Regimiento de Transmisiones o la guerra de minas en nuestra última guerra civil. Este espíritu combatiente es el que ha supuesto que lista de Caballeros Laureados sea larga e imposible de transcribir en un artículo como el presente.
La última frase de este verso, que todos cantamos con orgullo,…con ingenio y destreza cumplamos la misión… nos define a los Ingenieros. En sus filas podemos encontrar a grandes figuras militares a las que el Cuerpo debe su organización y grandeza, como José de Urrutia y Antonio Remón Zarco del Valle, cuyo buen hacer ya se ha comentado, grandes arquitectos, como Francisco Sabatini y José Hermosilla, a quienes debemos la Puerta de Alcalá y el paseo del Prado, inventores como Julio Cervera, que consiguió la primera transmisión de voz por radio y Alejandro Goicoechea, inventor del TALGO. No faltan científicos y Académicos de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, como Carlos Ibañez de Ibero a quién se debe la fundación del Instituto Geográfico y Catastral, Emilio Herrera Linares, inventor del primer traje estratosférico, antecedente de los aeroespaciales, y José Marvá y Mayer, creador del Cuerpo de Inspectores de Trabajo y Ministro de Trabajo. En sus filas se encuentran hombres de letras como José Almirante, que nos dejó su extraordinario Diccionario Militar y su Historia Militar de España. En Ingenieros tenemos de todo…incluso famosos toreros, como Joselito, soldado de Ingenieros en Sevilla.
Ingenieros, fue también de los primeros que formaron parte en fuerzas destacadas en “misiones internacionales de paz”. En 1849, el Papa Pío IX, solicitó ayuda a España a través del embajador D. Francisco Martínez de la Rosa, ante la actuación de las masas revolucionarias italianas. En el contingente enviado al mando del General Fernández de Córdoba, figuraba una Compañía del Regimiento de Ingenieros y sus servicios fueron tan agradecidos por Su Santidad que le fue concedida a la Bandera del Regimiento la Corbata de la Orden Piana.
Los Ingenieros han estado siempre cerca de la población civil, prestando su apoyo y su ayuda. Cuántas veces nuestros soldados han salido para colaborar en la extinción de incendios, tendido de puentes en inundaciones, instalación de campamentos, tormentas blancas y un amplio etc. Sirva de ejemplo la actuación del Regimiento de Pontoneros y del Regimiento de Zapadores para CE nº 3, con sede en Valencia en la Gran Riada que provocó el río Turia a su paso por esa capital el día 14 de octubre de 1957.
Hoy nuestras tropas se encuentran desplazadas, formando parte en Misiones Internacionales comandadas por Naciones Unidas, UNPROFOR en los Balcanes, o la Alianza Atlántica, IFOR y SFOR en la misma zona. Los Ingenieros están presentes en Indonesia, con ocasión del “tsunami” que asoló sus costas, Afganistán, Irak, Pakistán, en la Operación de la Unión Europea en Uganda-Somalia y actualmente se encuentran desplegados en Líbano. Mención especial debe hacerse a las tropas de Ingenieros que han colaborado en la “Operación Balmis”, muy particularmente al Regimiento de Especialidades de Ingenieros REI 11 de Salamanca.
Tal vez este servicio continuo a sus compañeros de armas y a la población civil sea la razón por la cual, Alfonso XII le concedió la Orden Civil que lleva su nombre y el derecho a incorporarla a su escudo y tal vez haya sido la razón para que S.M. el Rey, pendiera del asta de la Bandera de la Academia de Ingenieros la corbata del Orden de Isabel la Católica el día 18 de mayo de 2011, día en que el Arma celebró su 3º centenario.
Comisión Histórica y de Mantenimiento de las Tradiciones del Arma de Ingenieros.
José Ignacio Mexia Algar. Coronel de Ingenieros, r. Miembro de la Comisión Histórica y de Mantenimiento de las Tradiciones del Arma de Ingenieros. Es Vocal de Conferencias de la Junta Directiva de la Asociación Española de Militares Escritores.
Fuente:
Tierra. Mar y Aire. Numero 392/4. Pag. 14.