Titanic: el Príncipe de los naufragios.

El Capitán de Navío, r, D. Luis Mollá  Ayuso, asociado de AEME, nos deleita con una nueva narración en varios capitulos que publica en Facebook. En esta ocasión será sobre la Tragedia del Titanic, que naufragó  en el mes de abril, hace 109 años. 

 

En abril, Titanic: el Príncipe de los naufragios.
1.- La salida de Inglaterra el 10 de abril.
Al igual que sus hermanos gemelos, el Olympic y el Britannic, el Titanic fue construido por los ingenieros de la White Star Line para disputar a sus adversarios de la Cunard Lines el suculento negocio de la emigración. La estampa de los barcos de la WSL, la distribución de camarotes y salas, el lujo con que fueron concebidos y la repartición de todo ello en 17 compartimentos estancos que los hacían teóricamente insumergibles, sugiere que los constructores del Titanic poseían los planos del Lusitania o del Mauretania, buques estrella de la compañía rival, sin embargo las restricciones en la época de su construcción, con la Primera Guerra Mundial a la vuelta de la esquina, obligaron a los Titanic a consumir sólo seiscientas toneladas diarias de carbón frente a las mil que quemaban los buques de la Cunard, por lo que estos fueron siempre más veloces y acostumbraban a ganar con facilidad la “Blue Ribbon”, un gallardete que distinguía anualmente al buque más rápido en cruzar el Atlántico Norte.
Normalmente los grandes trasatlánticos esperaban a la bonanza del verano para registrar los récords de velocidad y se ha sugerido que Bruce Ismay, armador del Titanic que navegaba a bordo en el fatídico viaje original, pudo negarse a la solicitud del capitán Smith de aminorar velocidad por la presencia de hielos para poder enarbolar provisionalmente el gallardete azul a la llegada a Nueva York. Además del más lujoso, grande y seguro, el Titanic podría exhibirse durante unas semanas como el buque más rápido del mundo.
Desde luego esto era del todo imposible porque los buques de la WSL no podían alcanzar de ningún modo los 26 nudos que conseguían los de la Cunard, por eso Bruce Ismay anunció la llegada del Titanic a Nueva York a las 8 de la mañana del miércoles 17, aunque ordenó al capitán Smith poner el buque a su máxima velocidad para adelantarla al mediodía del día anterior, tratando de congregar en el muelle 54 a lo más florido de la sociedad neoyorquina. Con ese detalle, si no ganar la Blue Ribbon, el empresario quería dar una imagen de velocidad que en realidad siempre se mantuvo por debajo de los buques de la competencia.
El capitán Edward John Smith era el oficial con más prestigio de la WSL y a sus 62 años había avisado que el viaje inaugural del Titanic pondría fin a su carrera. Smith conocía bien el barco, pues había sido capitán del Olympic, primero de la serie, e incluso protagonizó un incidente de relevancia al colisionar con el crucero Hawke de la Royal Navy en una maniobra que causó considerables daños a ambos buques. Smith quedó absuelto y con el prestigio completamente inmaculado embarcó en el Titanic como su primer capitán.
La colisión del Olympic con el Hawke cambió muchas vidas. El poder de succión de las hélices de los nuevos barcos de la WSL era tan descomunal que se prohibió a cualquier buque acercarse a menos de cien metros de la popa de estos trasatlánticos.
El comandante del Hawke sencillamente pensó que era una bravuconada de los capitanes mercantes, se desentendió de la nueva regla y así se produjo la colisión que llevó al Olympic a los astilleros por el período de un mes, absorbiendo a todos los operarios de la WSL que dejaron a un lado la construcción del Titanic, segundo de la serie. De este modo, la partida para el viaje inaugural del Titanic tuvo lugar un mes después de lo previsto. La diferencia entre una fecha y otra es que en marzo no hubiera encontrado hielos. Los peores hados del destino o las iras de Neptuno ante la arrogancia del buque insumergible se establecieron antes, incluso de su construcción definitiva.
El cualquier caso, en tal fecha como hoy 10 de abril, hace 109 años, el Titanic zarpaba de Southampton, aunque en lugar de establecer la derrota directa a Nueva York como estaba previsto, se dirigió a fondear frente a la francesa localidad de Cherburgo, donde recogió a un selecto grupo de pasajeros que pagaban una cantidad extra de dinero para, en lugar de tener que viajar a Inglaterra a embarcar, fuera el propio barco el que pasara a recogerlos en la glamurosa Cherburgo en una nueva muestra de arrogancia, en este caso por parte de los pasajeros más poderosos. De Cherburgo el flamante trasatlántico saltó a Queenstown, en la vecina Irlanda (hoy rebautizada Cork), donde en una de esas paradojas tan propias del mundo del mar, recogió a los pasajeros menos pudientes, los de tercera clase que no habían podido embarcar en Southampton por falta de dinero para desplazarse…
Continuará
Fotos
1.- única imagen existente del Olympic y el Titanic juntos
2.- Bruce Ismay, un verdadero bribón del mar. Tras su miserable actuación a bordo del Titanic los tabloides británicos se referían a él como “Brute”
3. Estado en que quedaron el Olympic y el Hawke tras su colisión
4. Derrota prevista
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