Parece que empieza a remitir la fase sanitaria de la pandemia del Covid19. Las consecuencias del virus en la colonia militar británica de Gibraltar han resultado bastante más favorables de lo previsto gracias, entre otras cosas,a la eficaz gestión profesional que se ha hecho por parte de los llanitos con la ayuda de sanitarios españoles. No han tenido ningún fallecido entre sus 33.000 habitantes.
Ahora empieza la fase económica y por lo que se vislumbra, el futuro parece poco halagüeño. Esto inevitablemente repercutirá en la base militar que, como sabemos, está parcialmente financiada por la economía local; si esta falla, serán los británicos los que tendrán que sufragar no sólo las instalaciones puramente militares (muelles para atraque y reparación de submarinos nucleares y buques de superficie, instalaciones de Inteligencia en superficie y submarinas, aeródromo de la RAF, polvorines, talleres etc.) sino también las logísticas de doble uso como las centrales térmicas, instalaciones portuarias, parte del aeródromo de la RAF, instalaciones de producción de agua potable junto con su distribución y la de agua salada etc. Pero lo peor no es esto sino que, si las cosas van muy mal, tendrán que financiar incluso a la población local que les sirve de excusa y cuya lealtad se debe, básicamente, a la «corona». Queda sin resolver el problema de los colaboradores españoles.
Por suerte para Gibraltar, una vez más se han encontrado con la generosidad, flexibilidad e incluso bondad –de niveles cósmicos- de los que unos llaman «el vecino del norte» y otros comparan con Corea del Norte.
El Covid19 ha puesto de manifiesto algunas cosas sorprendentes pero quizá, la mejor ha sido el entusiasmo que allí ha despertado el que Gibraltar –a efectos prácticos- sea considerado por las autoridades españolas como parte de Andalucía y los llanitos como andaluces; así pueden moverse por Andalucía –desde el 10 de junio-como corresponde a la Fase 3 en que estamos. Este logro fue posible gracias a los esfuerzos de quien no hace mucho nos comparaba con Corea del Norte, los buenos oficios -«hoy por ti, mañana por mí»- de políticos comarcales y, autoridades nacionales españolas; todos ellos en la misma sintonía. No hay duda de que, en ocasiones, cultivar algunas amistades puede tener tanto valor como una gema bien pulida.
Lo cierto es que Gibraltar sobrevive, como no podía ser menos tratándose como dicen de una economía autosuficiente; una «historia de éxito» que les ha llevado a ser la 3ª renta per cápita más alta del mundo, y eso que no tienen ningún recurso natural, ni siquiera fuentes de agua potable, factorías de ningún tipo ni superficies o almacenes suficientes para materiales o subsistencias, sean perecederas o no.Apenas tienen alguna capacidad industrial en el puerto.
Según las autoridades locales, en la semana del 13 al 19 de abril, pasaron por la verja 616 camiones con suministros esenciales (incluso los de higiene personal), procedentes de «Corea del Norte», pese a las restricciones impuestas en la verja. Suponemos que el resto de las semanas del confinamiento estuvo pasando una cantidad similar de camiones. Autosuficiencia le llaman a eso. Quizá como compensación, son unos 8 a 10 camiones diarios cargados de basura los que «exportan» a España.
Ni que decir tiene que el turismo ha desaparecido, tanto el procedente de la Costa del Sol como el de los cruceros o aviones. Era uno de los pilares de la economía local; no eran los supuestos 11 millones de turistas ni muchísimos menos pero sí eran fundamentales para mantener el comercio minorista (perfumerías, joyerías, electrónica, etc.) de la calle Real, los taxis, las gasolineras, las cafeterías y restaurantes, los hoteles, la «exportación» del tabaco y quizá, «gestiones financieras». En abril y mayo de 2020 pasaron por la verja 161.000 personas mientras que en el mismo periodo del año anterior pasó 1 millón.
Es tal la crisis provocada por la desaparición del turismo que, en un gesto asombroso y sin precedentes, quien antes comparaba a nuestras autoridades con las de Corea del Norte, el 15 de mayo estimulaba a sus «vecinos del norte» a ir de turismo a Gibraltar. En la costa mediterránea del Peñón está la playa de los Catalanes; es posible que allí se haya inspirado para hacer su sorprendente invitación.
También ha desaparecido la «exportación» del tabaco y su metamorfosis en contrabando al pasar la verja. En abril se calculaba que las pérdidas en ventas de tres grandes compañías mayoristas variaban entre un 65 y un 90%.La exigencia de un contrato de trabajo en Gibraltar para poder pasar por el puesto de control de La Línea ha sido demoledora para el tabaco. Aunque en Gibraltar puedan hacerse certificados a medida, resulta difícil pensar que alguien pueda pedir una copia de un contrato como «transportista» de tabaco. Como resultado,el incremento en las ventas de tabaco legal en la Comarca ha sido asombroso con algunos estancos multiplicando por seis sus ventas.
No se han publicado datos concretos sobre las pérdidas en el «bunkering», Centro Financiero o empresas de apuestas pero puede suponerse que han debido ser notables por la crisis económica global y también, por el hecho de que una parte importante de sus trabajadores viven al norte de la verja y se les permitía el paso si exhibían su contrato de trabajo (supuestamente esencial) junto a su certificado de residencia, algo que quizá no todos podían hacer. Sí se ha informado del grave riesgo que el Covid19 supone para las apuestas.
El resultado final podría haber sido catastrófico para la supervivencia de la colonia y de la base militar si no llega a ser por la generosidad de España mostrada en la verja e incluso más allá. Por ejemplo, las restricciones de los vuelos civiles entre el Reino Unido y Gibraltar han añadido un obstáculo a la vida local, a sumar a los fuertes vientos que ocasionalmente obligan a cerrar el aeródromo de la RAF; de nuevo, gracias a la bondad de nuestra autoridades, los desvíos a Málaga de los aviones procedentes del Reino Unido cuando RAF Gibraltar está cerrado ya no se asumen en vuelo sino que se gestionan incluso horas antes del despegue del avión de Londres por lo que bien podemos decir que las pistas del aeropuerto de Málaga no son «alternativas» sino auxiliares de RAF Gibraltar.
Todavía no se han concretado los gastos del Covid19 aunque sí se sabe que son cientos de millones de libras. Si las deudas contraídas por Gibraltar hasta enero de 2020 superaban los 1.000 millones, ahora, a partir del Covid19 son tan extraordinarias que incluso en la Cámara de los Lores se ha planteado que Gibraltar necesita un «espacio para respirar», con un amplio margen de maniobra para poder pagar la deuda. Esperemos que ese espacio no sea un «Lebensraum» a costa de la Comarca con un pasillo como el de Danzig para llegar hasta su «enclave» de Sotogrande.
Podríamos seguir narrando curiosidades como las señaladas pero nos quedamos con una y es la genialidad de la principal autoridad local cuando asegura, por sí y ante sí, que sólo él es quien puede negociar el futuro de Gibraltar. Suponemos que en el Foreign Office habrán temblado hasta los cimientos y puede que hasta en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Como conclusión, la colonia está superando la crisis sanitaria del Covid19 gracias a España; al mismo tiempo, está demostrando su dependencia casi absoluta de España. La base militar de «bajo coste» sigue operativa gracias a España. Nos preguntamos si sucederá lo mismo con la crisis económica en curso. ¡Y todavía no se han empezado a notar los efectos del brexit!
Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)
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