AZARA Y PERERA, Félix.

Brigadier de la Armada y científico.  Otro de nuestros militares ilustrados del siglo XIX. Ingeniero Militar del Ejército de Tierra, nació el 18 de mayo de 1746 en Burbuñales ( Huesca ) y murió en el mismo lugar el 26 de octubre de 1821. Estudió Leyes y Filosofía en la Universidad de Huesca. Quiso ser cadete del Real Colegio de Artillería de Segovia pero no lo consiguió por ser mayor de 18 años, ello le obligó a sentar plaza en el Regimiento de Infantería Galicia. Posteriormente ingresó en la Escuela Militar de Barcelona donde se formaban los ingenieros militares. Fue jefe de estudios de esta Escuela. Alcanzó el grado de Coronel de Ingenieros en 1780.

Participó en la expedición a Argel en 1775 donde fue herido gravemente. Durante sus destinos llevó a cabo trabajos de fortificación de Figueras (Pirineos catalanes) y en la isla de Mallorca.

Con motivo de los acuerdos de Paz del Pardo, Tratado de San Ildefonso de 1778, el rey le nombró para presidir la comisión que junto con los portugueses debía delimitar los territorios de ultramar de ambos países. Embarcó en Lisboa, al alcanzar el meridiano de la isla de Hierro y en la apertura de un despacho real se encontró nombrado Capitán de Fragata, en 1802 fue ascendido a Brigadier de la Armada.

Perteneció también como miembro de número a la Real Sociedad Aragonesa. Sus trabajos en América le permitieron acumular experiencias sobre aspectos geográficos y de historia natural que trasladaría a sus escritos. Las disciplinas que abarcan éstos comprenden aspectos de la geopolítica, la cartografía, la etnografía, la historia, la zoología y la botánica de parte del cono sur americano.

Estudió matemáticas en Barcelona y terminó dos años después con el título de «subteniente de Infantería e ingeniero delineador de los ejércitos nacionales de fronteras». Intervino en la fortificación de Figueras y Mallorca, y en la regularización de los ríos Orlar, Jarama y Henares. En 1775 participó en la expedición a Argel, donde fue gravemente herido. Con el nombramiento de capitán de fragata, marchó a Buenos Aires para fijar los límites de las posesiones por­tuguesas y españolas en América del Sur. Además de un sin número de tra­bajos geográficos y cartográficos, realizó el inventario mineral, vegetal y animal de aquellas tierras. Su obra científica fundamental se concretó a la zoología americana. Sus estudios fueron punto de partida a la teoría de la evolución de Darwin. Grande fue su aportación a la socio economía del Río de la Plata. Después de 20 años de ingente trabajo, regresó a España en 1801, y fue miembro fundador de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, entidad para la que realizó valiosos trabajos. Estuvo a las órdenes de Palafox durante los asedios de Zaragoza en la Guerra de la Independencia.

 

Su labor como naturalista, sus estudios del mundo científico y sus publicaciones vieron la luz tanto en Francia como en España. Azara desarrolla una concepción muy actual y moderna de la geografía, aspecto éste que creemos debemos destacar como autor del arte militar que es, su obra no se limita a la descripción de los factores físicos y a realizar su expresión cartográfica, sino que también es un estudio del factor humano y de los factores sociales y económicos, realizando un completo análisis no sólo de una realidad continental sino acompañado de una sensibilidad especial surgida de acuerdo con el comportamiento de sus pobladores.

En definitiva, Azara, en su misión, realizó numerosos informes para garantizar las fronteras de los territorios españoles en porfía con los portugueses y estableció los procedimientos necesarios para habitar aquellos extensos territorios desocupados.

Debemos destacar que sus exploraciones se realizaron recorriendo los territorios a pie, manteniendo en todo momento su posición situándolos a través de las coordenadas geográficas, de las que podemos asegurar que siempre las obtuvo con gran precisión, reflejándolas en manuscritos, alguno de los cuales ha llegado hasta nuestros días como el de Geografía Física y Esférica del Paraguay que figura en el Museo y Biblioteca Nacional de Montevideo.

Su gran personalidad y su destacada contribución a la ciencia dieron lugar a que en 1968 Olivier Baulrey publicara en Pau la obra titulada “Azara un aragonés precusor de Darwin”.

Sus obras más destacadas son: Descripción e Historia del Paraguay y del Río de la Plata, publicada en Madrid en 1847, 1943, 1989 ; Geografía Física y Esférica del Paraguay, publicada en Montevideo en 1904.; Informes al Rey, a nombre de la Junta Consultiva de Fortificación y Defensa de las Indias, publicada en Madrid 1847; Memorias del estado rural del Río de la Plata en 1801 y otros informes, publicada en Madrid en 1847, 1943; Escritos Fronterizos, publicada en  Madrid en 1994.