El 1º de septiembre de 1453 nace en Montilla D. Gonzalo Fernanadez de Córdoba “El Gran Capitán”

El día  1 de septiembre, de 1453 nacía en Montilla el mayor genio militar español de la historia y uno de los mejores del mundo. Don Gonzalo Fernández de Córdoba “el Gran Capitán”

“En esta segunda campaña de Italia la infantería española fue una apisonadora. La fiesta empezó en Seminara, precisamente: los infantes gallegos y asturianos de Fernándo de Andrade, llegados de España para reforzar al Gran Capitán, atacaron a los franceses con un movimiento tan rápido que estos apenas pudieron organizarse y quedaron a merced de los nuestros. Fue una escabechina. Era el 21 de abril de 1503. Una semana más tarde, el Gran Capitán, que había recibido un refuerzo de lansquenetes alemanes, chocó con las tropas de Luis de Armagnac, duque de Nemours, en Ceriñola. Y aquí es donde el genio personal de Fernández de Córdoba y las innovaciones introducidas en las táctica española iban a asombra al mundo.

El Gran Capitán cita al enemigo, como quien cita a un toro: que ataquen ellos. para provocarle, simula una carga de caballería,. Los franceses, fiados en la potencia avasalladora de su caballería pesada, entran al trapo y se lanza al ataque. Entonces descubren que lo que tienen enfrentes una máquina letal de combate como nadie había combatido antes. Fosos, empalizadas, terraplenes, una colocación asombrosa de la fuerza y una muralla de fuego y arcabuz, todo ello aderezado con una inteligentísimo emplazamiento de la artillería. ¿Qué está pasando? Los jinetes franceses caen como moscas. El propio duque de Nemours cae mortalmente herido por tres disparos. Los franceses lanza a sus piqueros suizos contra los arcabuces españoles, pero entonces aparecen nuestros piqueros alemanes, neutralizan la ofensiva y, aún más, Fernando de Córdoba ordena avance general sobre los infantes enemigos. La caballería ligera francesas intenta remediar el desastre, pero se ve trabada de inmediato por la caballería ligera española y tiene que huir. Momento que los jinetes ligeros españoles, comandados por Fabrizio Colonna y Pedro de Pas, aprovechan para sumarse al acaso contra la infantería rival. Rodeados por todas partes, los franceses se rindieron apenas unas horas después de comenzada la batalla. Las fuerzas en presencia eran muy parejas -algo más de 9000 hombres por cada parte-, pero los franceses tuvieron 4000 bajas por solo un centenar de españoles. Simplemente prodigioso.”

 

Leído en Facebook, y recogido del libro TERCIOS de José Javier Esparza