“LA AUTENTICA TERCERA ESPAÑA. Ni prejuicios ni obediencias”, libro recién publicado original de nuestro asociado el Col. Fuente Sanchez.

AEME se complace en anunciar  reciente publicación del libro “LA AUTÉNTICA TERCERA ESPAÑA. Ni prejuicios ni obediencias”, original de nuestro asociado el coronel de Caballería DEM, don José Mª Fuente Sánchez.

Este libro que por circunstancias ajenas al autor, no será presentado en el IHCM hasta pasado el verano, puede adquirirse con el texto “on line” , a través de AMAZON, libros de historia, Código 8492814721                       

Sinopsis del libro:
Se trata de un ensayo histórico que analiza la raíz y la trayectoria -social e ideológica- del eterno enfrentamiento de las Dos Españas a lo largo de la historia, hasta su explosión final durante la II República española y posterior Guerra Civil. Todo ello visto desde la óptica del numeroso segmento de españoles –la Tercera España- que, libre de “prejuicios” ex ante y de obediencias ideológicas ex post, analiza, comenta y sentencia con el mayor bagaje de objetividad que se puede poseer: el sentido común y el derecho natural. Unas pocas y obligadas reflexiones del autor y una serie de anexos contenedores de un cúmulo de datos cierran la obra.

 

Reseña del editor

Cuando Winston Churchill afirmaba que “la democracia es un mal sis-tema político pero no conozco otro mejor” nos estaba regalando el mejor argu-mento defensor del sistema que, sin ser una teofanía celeste de la perfección, ofrece a los ciudadanos el mayor porcentaje de justicia política y de igualdad de derechos, entre ellos el que la libertad bien entendida no debe sobrepasar la frontera de la libertad de los demás. Pero, junto a esa sentencia brillante de Churchill, constatamos —lamentablemente— que las sociedades cambian y los partidos también y que éstos pueden encastillarse en una idea perversa, cual es: “dado que tenemos fe cuasi religiosa en nuestra ideología, impongámosla al resto de la sociedad como medio ‘humanitario’ de redención de sus supuestos pecados políticos”. Comunismos y fascismos dixit…Y es que la historia ha demostrado hasta la saciedad que, en este mundo, todo es manipulable. Así constatamos que las sociedades no evolucionan sino que “las” evolucionan, bien porque el empuje de la tecnología las facilita medios para mejorar su calidad de vida —se trataría de una evolución positiva—, bien porque la manipulación de unos pocos altera sus principios, sus costumbres, sus ideas, sus creencias y sus comportamientos —se trataría, en este caso, de una evolución negativa—. Pero en este libro, que ahora se inicia, nos interesa estudiar precisamente la sociedad española, muy fácilmente manipulable, como se ha demostrado a lo largo de la historia, y muy difícilmente gobernable, como también se ha demostrado a lo largo de los siglos. Bien es verdad que los “dioses” no han sido generosos con España en el reparto de políticos y, junto a algunos personajes excepcionales hemos tenido muchos “saldos de incompetencia y no pocos perversos salvapatrias”. Ejemplo modélico de lo que puede llegar a ser una manipulación es este maquiavélico comentario: “La popularidad se fabrica, por eso no tiene que preocuparse”, que decía Jesús Hernández, ministro comunista en la II República española, a su presidente de gobierno Negrín. Es obligado, por tanto, si queremos entender un poco nuestra sociedad española —pasada, presente y ¿futura?—dedicar algunas horas a la reflexión sobre el tema, haciendo caso a nuestro gran Ortega y Gasset cuando sentenciaba “Es conveniente volver de cuando en cuando una larga mirada hacia la profunda alameda del pasado: en ella aprendemos los verdaderos valores, no en el mercado del día.”Esa manipulación de que hablamos, bien gestionada, es lo único que podría explicar el extrañísimo hecho, comprobado y publicado, de que en la opinión mayoritaria de la sociedad española siempre hayan sido “los malos” los Estados Unidos de América y “los buenos” la entonces Unión Soviética, pese a que —como la historia ha demostrado— esta última ha sido la mayor tiranía de todos los tiempos, con una herencia en hambre y sangre (100 millones de muertos y miseria infinita) superior a la de cualquier ideología o imperio que en el mundo han sido.