Sebastián Fernández de Medrano, (1646-1705)

Ingeniero, matemático y geógrafo español nacido en Mora de Toledo. Su verdadero nombre era Sebastián Fernández de Mora. Huérfano de padres y pobre, partió hacia Madrid en compañía de un personaje influyente en la corte, apellidado Medrano, que lo tomó bajo su protección. Sebastián cambió el toponímico Mora por el apellido de su protector, quien le procuró un puesto en el ejército. Con el empleo de alférez pasó, en 1667, a Bélgica.

Según cuenta en su Autobiografía, en matemáticas fue un autodidacta; las aprendió “valiéndome de uno y otro libro, y siendo cosa tan enajenada en toda la Monarchia en aquel tiempo, los oficiales de mi tercio me tenían por loco”. De este modo, Fernández de Medrano adquirió una apreciable formación en esta disciplina y en sus aplicaciones militares: fortificación y artillería.

Habiendo decidido regresar a España, en 1675 algunos oficiales le propusieron al gobernador de los Países Bajos, Carlos de Gurrea Aragón, para que dirigiera una Academia militar. Con este motivo se le encargó la enseñanza de las “Mathematicas y otras ciencias liberales necesarias para los oficiales militares”.

Fernández de Medrano ejerció, como director de la mencionada Academia, una considerable actividad, dedicándose, como él mismo señala, “para amplificar más la facultad a imprimir diversas obras de fortificación, geometría, formación de batallones, uso y práctica de la artillería y morteros y con el tiempo de geografía y navegación, y todo a costa del pobre patrimonio de mi esposa y con que se crearon tanto número de ingenieros”.

Bajo la dirección de Fernández de Medrano, que desempeñó hasta su muerte, la Academia de Bruselas se convirtió en un prestigioso centro de formación. Se le considera el mejor pedagogo del siglo XVII. Dio a conocer en España los adelantos en ingeniería de los famosos ingenieros militares Vauban y Minno van Coehorn. Todos los ejércitos europeos solicitaban oficiales que hubieran sido alumnos suyos. Sus trabajos sobre geografía, escritos con un método y claridad ejemplar son quizás los mejores textos de dicha disciplina de la España de estos años, representando un verdadero progreso sobre las anteriores; con todo, su autor se declaraba contrario al sistema Copérnico.

 

Entre sus obras destacan:

 

Los Elementos de Euclides.

El práctico artillero, reimpreso con el texto refundido bajo el título de El perfecto bombardeo y práctico artillero.

El Architecto perfecto en el arte militar, (cinco tomos).

Geografía o moderna descripción del mundo, impresa con láminas en Bruselas en 1686. (reimpresa y enriquecida con 37 mapas en 1700).

 

 

Cor. Infª DEM Pedro Ramírez Verdún