ÁNGEL RODRÍGUEZ DE QUIJANO Y ARROQUIA

 

Nació en La Carolina (Jaén) en 1820 y murió en Madrid en 1903. Si buscamos entre las revistas y discursos de las últimas décadas del siglo XIX nos damos cuenta del ambiente decadente de la vida española: política sin ideales, llena de intrigas; una aristrocacia que no sabía dar un destino digno al prestigio social y a las riquezas heredadas; una clase social media resignada a su modo de vida; y un pueblo que a pesar de conservar sus virtudes raciales tenía una manera de vivir infrahumana emulada de un patriotismo bullanguero ciego e ineficaz. Sin embargo aparecen valores espirituales y en ellos nacen la erudición inmensa de Menéndez Pelayo o las certeras investigaciones de Ramón y Cajal, y en el caso que nos ocupa, las investigaciones militares del General Arroquia como era comúnmente conocido.

 

Huérfano de padre, su madre le formó con entrega y talento, recibiendo una educación sólida y profunda. Estudió en el Instituto de San Isidro y en su juventud estudió Física experimental, mateméticas, geografía y cartografía, dibujo, botánica, así como agricultura e idiomas.

 

En 1838 ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, destacando especialmente por su ingenio y razonamiento para tratar los temas de estudio. Alcanzó el grado de Capitán tras su actuación al estallar la revuelta de 1843 que derrocó la Regencia de Espartero. De teniente coronel intervino en la solución del motín del Cuartel de San Gil. Sus actividades guerreras se dieron con su participación al mando del Segundo Regimiento de Ingenieros en la segunda guerra carlista.

 

Su fama de sabio, sus intervenciones en actos de guerra y el renombre internacional le permitieron alcanzar el grado de General de División. Fue asesor de la Junta Superior de Ingenieros y de la conformada por los Campos de Artillería e Ingenieros, así como de la Junta Consultiva de Guerra desde 1881 a 1884. Finalizó su vida activa como ponente de la Junta de Defensa General del Reino, redactó un proyecto de funcionamiento de esta junta que para algunos estudiosos fue su mejor obra. En el ámbito civil fue vocal de la Junta del Centenario del Descubrimiento de América y organizó el Congreso Geográfico para la ocasión, así como exposiciones militares sobre el acontecimiento.

 

La personalidad del General Rodríguez de Quijano fue destacada y reconocida tanto en España como fuera de ella, participando en numerosas comisiones, sus obras se tradujeron a varios idiomas, especialmente fue considerado como un destacado geógrafo militar con base topográfica y geológica.

 

Todos los críticos consideran que la obra más importante del General Arroquia es: El terreno, las armas y los hombres, publicada en Madrid en 1892, de ella se hizo eco la revista francesa “Revue de Sciencies Militaires” en la que se subrayó que estaba escrita para su estudio en el siglo XX. En su aportación al arte militar queremos destacar que existe una influencia importante en las cuestiones militares que resulta de las aportaciones que se hacen a éste desde el punto de vista de las ciencias naturales especialmente de la geología y de la topografía del teatro de operaciones y sobre todo en los planteamientos estratégicos.

En sus trabajos de investigación sobre las guerras ocurridas en la Europa Central señala como factor táctico a contemplar el combate nocturno. Al bucear en sus escritos encontramos una cierta falta de concepción en la descripción de sus pensamientos, no obstante su falta de expresión literaria no evita la gran importancia de sus aportaciones científicas al Arte de la Guerra.

En su ámbito de actuación, el reconocimiento de su trabajo y actuación social fue materializado con el nombramiento de Caballero de Calatrava, la concesión de la Gran Cruz de Carlos III, la designación como miembro de la Academia de la Cinecia Portuguesa, fundador y presidente de la Sociedad Geográfica de Madrid y académico de las de igual nombre de Lisboa, Lima y Méjico. Con esta pequeña aportación biográfica, nuestra revista lo incorpora a la lista de los Grandes Autores del Arte Militar.

Sus obras más importantes son:

– La fortificación, Madrid 1867.

– La Guerra y la Geología, Madrid 1871.

– El terreno, las armas y los hombres en la guerra, Madrid 1892.

  • Numerosos artículos publicados en los Memoriales de las Armas de Infantería y de Caballería.

 

  • Recopilado por P.Ramírez Verdún Coronel de Infª DEM